COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
DESEO DE CAMBIO DE PARTIDO EN EL EJECUTIVO,
NO MORENA, NI DELFINA, RIESGOS PARA EL PRI
No es que sea malo el desempeño electoral de la candidata de la coalición “Va por el Estado de México”, Alejandra del Moral Vela, lo que pasa es que su adversaria, Delfina Gómez Álvarez, de “Juntos haremos historia en el Estado de México”, mejoró mucho como candidata a gobernadora, en comparación con hace 6 años. Diversos factores favorables se conjugan ahora, y la colocan como favorita en la intención del voto de los electores mexiquenses.
El primer factor determinante en la correlación de fuerzas electorales lo constituyen los resultados insatisfactorios del gobernador Alfredo del Mazo Maza, que, quiérase reconocer o no, afecta a Del Moral Vela, porque formó parte de la administración saliente y no puede evitar ahora la asociación de ideas en este tema.
El origen mismo de la senadora con licencia, explotado por la campaña priísta también hace seis años y que malos asesores y cuadros de ese partido quisieron presentar como desventaja, operó en su favor, porque la población estatal mayoritariamente es humilde y sufre pobreza de moderada a extrema, por ello naturalmente se identifica con Gómez Álvarez. La siente cercana, accesible y honesta.
También cuenta la desaparición de las ventajas que como candidato del PRI tuvo Alfredo del Mazo Maza en el 2017, como esa de que el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, fuera un priista mexiquense y primo del entonces abanderado para la elección de gobernador y lo impulsó con todo, incluyendo ríos de dinero, incluso procedentes de Odebrecht.
Otro factor poderoso en contra de Del Moral Vela es el cansancio de la población estatal de un PRI que perdió su cercanía con el pueblo y mantuvo la corrupción de siempre, además de haberse aliado a su adversario ideológico histórico, el PAN; es decir, el mayor peligro para la permanencia del tricolor en la gubernatura no lo representa Morena, ni Gómez Álvarez, sino el deseo de cambio de partido en la conducción de los destinos del Estado de México, que se acerca al 75 por ciento de la ciudadanía, como lo dio a conocer el martes en “El Universal” la casa encuestadora “Enkoll”.
En estas condiciones, se considera casi imposible que la abanderada priista pueda remontar la desventaja con un trabajo en el marco de la legalidad, y después de su error aquel de pedirle a sus seguidores hacer “lo que saben hacer, para bien o para mal”, porque “queremos constancia de mayoría, no de buena conducta”, le haría un gran favor al Estado de México si anticipara que no intentará, ni permitirá que se altere la voluntad popular el 4 de junio.
Se cuestiona mucho que Del Moral Vela fue impuesta por Luis Videgaray Caso, vía Enrique Peña Nieto, y se llega a afirmar que había otras y otros aspirantes priistas más competitivos, pero lo cierto es que el problema son las ansias de cambio de partido en la gubernatura. Y no por pura ocurrencia de los electores, sino porque a partir de Enrique Peña Nieto como gobernador, el PRI mexiquense se alejó de sus bases sociales y sus decisiones trascendentes las tomó un grupo ajeno al Estado de México, con los mismos vicios que caracterizaron al viejo tricolor, pero sin el interés por resolver los problemas de la población.
