*Fue delantero letal, pero ya va de salida y en las “águilas” era jugador de banca.
De la redacción
La semana pasada el mundo del futbol se sacudió co la que denominaron noticia “bomba”: la venta del delantero americanista Oribe Peralta al Guadalajara, equipo que tendrá problemas de descenso en el próximo campeonato de la Liga MX, y considerado rival acérrimo del vendedor.
Pocos expertos en este deporte entienden las motivaciones de los dueños del popular equipo tapatío para hacerse de los servicios de un delantero que fue letal frente al marco rival, pero desde hace unos años entró en declive por la edad y al último era un jugador de banca y en no pocas ocasiones no entraba a la cancha ni como suplente.
No es el único caso de jugadores que han pasado del América al Guadalajara y del Guadalajara al América, pero eso fue en tiempos en que Chivas no atravesaba una crisis deportiva y económica como la actual, y los futbolistas involucrados sí estaban en su mejor momento. Ahora es todo lo contrario.
Eso extrañó en el plano deportivo, pero en lo anímico los seguidores de Chivas están perplejos, porque Peralta militaba en el equipo adversario, y de buenas a primeras, ya en su último corto tramo de su brillante carrera, terminará en las filas tapatías.
Las condiciones del traspaso del jugador exseleccionado nacional no se conocen, pero en el América ganaba 2.7 millones de dólares al año, sólo por debajo de Andrés Pierre-Gignac, de Tigres (4.5 MMD); Eduardo Vargas y Nicolás Castillo, del América (3 MMD) cada uno.
Empero el mayor problema es que no era titular, porque los años, la edad le había hecho perder velocidad, ritmo, potencia y resistencia, por eso jugaba muy poco, sólo cuando Miguel “Piojo” Herrera no tenía de donde echar mano.
En descargo de Peralta debe decirse que siempre fue profesional y no sólo en las “Aguilas”, sino en los otros 5 ó 6 equipos en que militó antes de recalar en el Guadalajara.
Los seguidores de este equipo están irritados porque consideran que el archirival transó a Chivas, al venderle caro un futbolista de 37 años, en evidente declive, sin condiciones físicas para responder a las altas exigencias competitivas.
Oribe Peralta, a pesar de su profesionalismo y disposición al esfuerzo para estar en buenas condiciones físicas, su organismo no le da para jugar los 90 minutos de cada partido, además de su procedencia del América, que no le permitirá contar con el respaldo de los seguidores de su nuevo equipo.
Los expertos en futbol sostienen que el América hizo un gran negocio a costa de las finanzas de Chivas, y sólo un milagro hará que Peralta resulte la solución al problema de descenso que tendrá en el próximo torneo.
