
*Toluca y San José del Rincón son claros ejemplos de daños por negligencia.
De la redacción
Todo parece indicar que los alcaldes y sus cabildos, por negligencia o complicidad, ha permitido graves daños al patrimonio público de las demarcaciones, como ocurrió con los últimos cuatro ayuntamientos de Toluca, que por no defender en tiempo y forma los intereses de la comuna, al final Juan Rodolfo Sánchez Gómez tuvo que entregar a un particular un terreno valuado en 44 millones de pesos.
El caso fue escandaloso porque se trató del municipio de la capital del Estado y por las sospechas de que el adeudo en realidad no fue tal, porque las obras por las cuales se exigió el pago, no se efectuaron.
En su moento, el entonces alcalde, Fernando Zamora Morales, informó que los trabajos cuyo pago exigió una compañía constructora particular nunca se ejecutaron, o al menos no había pruebas de que se hicieron, pero de todos modos, al no defender con oportunidad los intereses del ayuntamiento, éste fue condenado a pagar con intereses y otros conceptos la suma mencionada, a pesar de que las obras que presuntamente se construyeron en una unidad deportiva costaban 9 millones de pesos.
Un caso exactamente igual padeciendo el gobierno de San José del Rincón, uno de los municipios de más alta marginación del Estado de México y el país, que está obligado a pagar 38 millones de pesos por un revestimiento de camino que costó 10 millones de pesos en el período 2009-2012, justamente el mismo trienio cuando se dio el problema de Toluca.
Ambos casos, sólo botones de muestra, prueban el problema de los pasivos que tienen las comunas por no defender en tiempo y forma sus intereses. O por corrupción; es decir, por complicidad con particulares para saquear las finanzas públicas de los ayuntamientos.
LOS PASIVOS LABORALES
El conjunto de los 125 ayuntamientos tiene pasivos laborales por más de mil millones de pesos, los cuales no deberían existir si no se cometieran arbitrariedades en los despidos de trabajadores o, deliberadamente, se diera de baja a personal cercano para que demanden laboralmente y con la complicidad de alcaldes y alcaldesas, quienes no contestan las demandas, con lo cual los despedidos ganan los juicios.
Generalmente los beneficiados con las complicidades son allegados a los gobernantes, inclusive verdaderos “aviadores”, con los cual a los daños que ocasionan a las finanzas municipales al cobrar sin trabajar, agregan el cobro de cuantiosas cifras por indemnizaciones.
Pero hasta ahora a ningún alcalde o alcaldesa se ha castigado por la negligencia e incapacidad para defender los intereses de los municipios.