*Destina uniformados y patrullas para dar seguridad a particulares.
De la redacción
El alcalde de Toluca, Raymundo Martínez Carbajal no sólo tiene problemas por la traición de un familiar político que usurpó funciones y perpetró actos de corrupción en una institución tan noble como el DIF, con severos daños a su imagen sino también ve crecer la percepción de inseguridad pública. Y no hay castigo por los actos de corrupción con fondos destinados a atender necesidades de los pobres.
El municipio, cuya cabecera es asiento de los poderes estatales, ocupa el segundo lugar estatal en materia de franja poblacional que vive con miedo. Desplazó en dimensión del problema a Ecatepec, Cuautitlán Izcalli y Chimalhuacán, de acuerdo con los resultados de la última encuesta trimestral del INEGI sobre el tema.
Mientras tanto, numerosos domicilios particulares cuentan con vigilancia y protección policiaca, con patrullas, rentadas a alto precio con fondos presupuestales. Se sustraen vehículos y personal uniformado de las tareas de seguridad pública, de acuerdo con un recorrido de “El Espectador” por la capital mexiquense.
No hay información oficial sobre las razones de estos privilegios otorgados a algunas personas, lo cual contrasta con la indefensión del resto de los habitantes del municipio y la percepción de inseguridad y miedo con que vive el 85 por ciento de la población adulta del municipio. Este porcentaje es mayor al que afecta a ciudadanos de urbes consideradas de altos índices de violencia, como Ciudad Juárez, Acapulco, Tijuana, Guadalajara. Y en el Estado, a Ecatepec y Cuautitlán Izcalli.
Hay versiones adicionales que sostienen que muchos de los domicilios particulares cuentan con vigilancia las 24 horas del día y corresponden a personajes influyentes, con relaciones de amistad con las autoridades estatales y municipales con un alto costo
En este sentimiento de miedo la ciudad de Toluca sólo es superada por Naucalpan, que se colocó en el primer lugar, con una percepción ciudadana de inseguridad pública del 88 por ciento; es decir, de cada 100 adultos apenas 12 sienten que viven en un municipio seguro, pero el problema consiste en que la población con miedo pasó en la capital mexiquense de 83.8 por ciento en diciembre de 2022, a 85.0 por ciento en marzo de este año.
La sustracción de policías y patrullas de la vigilancia general, además de impactar negativamente la eficacia del servicio de seguridad pública, lo encarece, porque los vehículos policiacos no son del ayuntamiento, sino de particulares, quienes los rentan a un alto precio, más lo que cuesta el personal uniformado comisionado.
La administración municipal inclusive ampliará el parque vehicular rentado, porque convocó a las empresas del ramo concursar por contratos de alquiler de camionetas pick-up, aunque en el recorrido de este medio informativo por la ciudad no observó vehículos de este tipo en vigilancia a domicilios particulares.