*Francisco M. Apreza propone acciones para elevar pensiones a maestros.
De la redacción
En un texto difundido, cuya destinataria fue la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, el académico de la UNAM, Francisco Muñoz Apreza, prueba que aun en el campo pensante permea la desmesura e irracionalidad.
Su condición de actuario de profesión y de responsable de Economía del Trabajo, de la Facultad de Economía de la máxima casa de estudios del país, sostiene que el gobierno federal dispone de dónde obtener dinero para financiar un nuevo sistema de pensiones, previa abrogación del que construyó el presidente Felipe Calderón Hinojosa en el 2007.
Esa medida legislativa es propuesta de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), grupo disidente de la dirigencia nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
La CNTE controla algunas secciones de la organización, pero es minoritaria en el magisterio federal y mucho más lo es en el conjunto de los servidores públicos al servicio de los poderes de la Unión, órganos con autonomía constitucional y organismos auxiliares federales.
En reclamo de la abrogación de la legislación que garantiza seguridad social a todo el personal, pero raquíticas pensiones, la CNTE amenaza con un paro nacional. La presidenta Sheinbaum Pardo sostiene que satisfacer esa demanda exigiría fondos públicos que no se tienen, ni pueden tenerse en un corto tiempo.
Frente a eso, Muñoz Apreza sostiene que la posibilidad de conseguir recursos presupuestales para otorgar pensiones justas está a la mano y sólo es cuestión de voluntad política, y como dicen los adultos mayores, da “el remedio y el trapito”.
Y es donde surge la desmesura e irracionalidad. Señala que basta con los fondos de las afores, utilizar los recursos que se destinan al Fobaproa, en la recuperación de mil 200 empresas públicas robadas al pueblo mediante la privatización (llevada a cabo por los gobiernos neoliberales).
De la misma forma sostiene que pueden pagarse pensiones y jubilaciones justas si a lo anterior se agrega el decomiso de las fortunas de los que fueron funcionarios en el período neoliberal; es decir, del PRI y del PAN.
Por si faltaran todavía fondos después de esas medidas, dice que están los que pueden conseguirse con un impuesto a las grandes fortunas de los mexicanos. Agregó en su propuesta la devolución de lo robado por los presidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa, Enrique Peña Nieto y sus respectivos equipos de colaboradores, senadores y diputados. Por si faltara más de donde obtener dinero para pensiones y jubilaciones, recuerda que los grandes empresarios deben impuestos de muchos años, por lo que sólo falta voluntad. Como actuario de profesión, probablemente sus cálculos sean correctos, pero debería preguntarse si sus acciones recomendadas son viables o irresponsables en estos momentos o una clara provocación.