*Nuevamente protege a Netanyahu y permite la continuación del genocidio.
De la redacción
Estados Unidos, por decisión de su presidente Donald Trump, se puso del lado y apoyó el genocidio que perpetra Israel contra niñas, niños, mujeres y personas de la tercera edad en la Franja de Gaza. El gobierno estadounidense vetó en el Consejo de Seguridad de la ONU la resolución que exigía al gobierno de Benjamin Netanyahu el cese inmediato de los ataques contra los palestinos.
De la misma manera, se demandaba el fin de las restricciones de ayuda humanitaria a la población palestina de la Franja de Gaza, que sufre hambre, sed y falta de medicamentos, en el mayor genocidio ocurrido en los últimos 30 años; sobre todo, porque no se trata de una guerra, sino de una permanente operación de exterminio.
La mejor prueba de ello es que no hay soldados israelíes invasores muertos en el territorio ocupado. Estados Unidos y Trump se colocaron en el lado negro de la historia mundial actual y éste perdió autoridad para hablar de la vigencia y respeto de los derechos humanos. Quedó sólo en la votación de el Consejo de Seguridad de la ONU, integrado por 15 países, de los cuales sólo 5 tienen derecho de veto. Con ese sólo voto, la resolución quedó sin efecto.
Los 4 miembros permanentes y con derecho a veto y los 10 que no son permanentes, votaron a favor de la exigencia de alto al fuego inmediato y la libertad para que la ayuda humanitaria ingresara al escenario del genocidio.
Hoy también entró en vigor el arancel del 50 por ciento a las exportaciones de acero y aluminio a los Estados Unidos, medida que contraria las normas internacionales de comercio y sentará las bases para el encarecimiento de los bienes producidos y que tienen como materia prima a esos dos materiales, para avivar la inflación en contra de los consumidores estadounidenses, y del mundo, si las otras naciones también gravan las exportaciones estadounidenses.
Trump actúa demencialmente, porque los aranceles se aplican generalmente por parte de países importadores y que tienen un déficit con el exportador. El mandatario del vecino país lo anunció con aplicación para todo el mundo, sin importar que su nación exporte más del aluminio y acero que compra.
En el caso de México Estados Unidos tiene un fuerte superávit en este intercambio específico, por lo que nada explica y, menos, justifica la medida. La presidenta Claudia Sheinbaum enviará mañana al secretario de Economía, Marcelo Ebrard a buscar un acuerdo para evitar el cobro en cuestión; sobre todo, porque existe un TEC-MEC que Trump no respeta.