*Es casi imposible la vuelta de Elba Esther Gordillo al mando directo del SNTE.
Lo acusan de “elbista”, porque es hechura de la ex lideresa vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, pero desde este punto de vista, todos los miembros de la dirigencia nacional y seccionales de esa organización son “elbistas”, “gordillistas”, porque Elba Esther Gordillo Morales decidió que formaran parte de los comités directivos. Esa fue la situación de Alfonso Cepeda Salas.
El más leal y discípulo aventajado de la conocida también como “la maestra” fue Juan Díaz de la Torre. Por eso Gordillo lo acusa de traición. Ahora se sacrificó y alejó de la presidencia de la organización magisterial, como efecto de su pugna con quien estuvo presa cinco años y 5 meses, acusada de graves delitos y que fue su impulsora y protectora.
Se vio obligado a pedir licenciad definitiva al cargo de presidente del SNTE. Optó por esta salida para evitar la vuelta de Gordillo Morales a ese cargo. Antes, desapareció esa posición directiva del organigrama del CEN, sancionado por los estatutos.
La que fuera poderosísima política, con influencia en el PRI y el PAN, en los gobiernos federales y estatales, no podrá ser reinstalada en su liderazgo por dos circunstancias: el puesto que reclamaba ya no existe, y su período estatutario concluyó.
De cualquier manera, con la etiqueta de “elbista” deberá mandar en el SNTE Alfonso Cepeda Salas, máxima cabeza de ese sindicato, el más numeroso de América Latina. Era secretario general, pero tenía arriba a Juan Díaz de la Torre. Mantuvo su cargo, pero al desaparecer la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) la posición que ocupaba se convirtió en el máximo mando gremial.
Al final salió ganancioso de la pugna y de las negociaciones entre Gordillo Morales y Díaz de la Torre, en las cuales, según los enterados, intervinieron al menos dos de quienes desde el primero de este mes forman parte del gabinete presidencial.
CEPEDA QUIERE CONTROLAR PLAZAS
En su primer discurso como nueva cabeza del SNTE, Alfonso Cepeda Salas hizo un anuncio propio del viejo “charrismo” sindical. Dijo que luchará para que el gobierno de la República le devuelva al SNTE el derecho de decidir a quiénes se le entrega el 50 por ciento de las nueva plazas de maestros, que ahora se asignan mediante concursos, como se hace también con los ascensos y promociones.
De la misma forma anticipó que buscará que la Secretaría de Educación Pública (SEP) le asigne al SNTE el número de comisionados que requieran el CEN y los comités seccionales; es decir, una especie de cogobierno en materia educativa con la administración de Andrés Manuel López Obrador.