Luego de que la agencia calificadora de riesgos Finch degradara la calificación crediticia de Pemex se ha dado a conocer que la empresa productiva del estado enfrenta una deuda superior a los 106 mil millones de dólares.
Además, tiene obligaciones derivadas de pensiones por 70 mil millones de dólares. El soporte del Gobierno de México es lo único que ha evitado que la calificación crediticia de Pemex caiga aun más, lo cual plantea también dudas sobre el futuro de la calificación crediticia de la propia deuda soberana del país.
Informes de Pemex muestran que el crecimiento de su deuda se aceleró a lo largo de la administración de Peña Nieto, especialmente entre el periodo de 2014 y 2016. De hecho, la deuda financiera aumentó 246.0% desde 2008. El 81.0% de las nuevas obligaciones financieras se pidieron en dólares o están referenciadas a esta moneda, y sólo 13.0% está en pesos.
Algunos analistas señalan que si Pemex no fuera una empresa pública ya habría quebrado porque sus pasivos superan a sus activos.