Destinan Fundaciones a Gastos Administrativos Hasta 50% de Ingresos

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*Acreditan gastos con hospedajes en hoteles de lujo y caros restaurantes.

De la redacción

La mayor parte de las fundaciones destinadas a apoyar a los grupos vulnerables o defender derechos humanos y libertades tienen fuertes indicios de ser “fachada” para favorecer la evasión fiscal, sin impacto benéfico en el objeto social de su existencia.

Su operación y administración es costosa, y consume un alto porcentaje de los fondos recibidos en donación, en lugar de destinarlos a la finalidad para la cual fueron creadas, reveló Raquel Buenrostro Sánchez, titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT).

Este órgano dependiente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) inició auditorías a las fundaciones y a las empresas donantes, porque  elementos indican que son  utilizadas para inflar gastos y, de esta forma, evadir impuestos.

La funcionaria del sistema fiscal de la Federación dio a conocer que muchas de esas fundaciones dedicadas en teoría a apoyar a la población vulnerable destinan a gastos administrativos hasta el 50 por ciento de los ingresos que reciben de empresas donantes.

El problema consiste en que sus áreas administrativas las integran dos o tres personas, quienes se quedan con la mitad de las sumas aportadas por los donantes, cuando por ley sólo deben gastar en administración 5 por ciento: su  personal es voluntario, altruista, o eso se supone.  

Un alto porcentaje de las fundaciones no cumple con sus obligaciones de informar periódicamente a las autoridades fiscales el comportamiento de ingresos y gastos anuales.

Como ejemplo del dispendio en que incurren los directivos de muchas fundaciones, además de quedarse con la mitad de sus ingresos, acreditan gastos con facturas de hoteles y restaurantes lujosos; es decir, desvían fondos a una vida ostentosa, en lugar de destinados a los grupos vulnerables, como es el objetivo social que justifica su existencia.    

Los problemas de dispendios en las fundaciones de la sociedad civil y empresas se dieron a conocer durante el sexenio federal (fue también gobernador de Guanajuato) de Vicente Fox Quesada.

Su esposa Martha Sahagún tenía una fundación que recibía muchos millones de pesos de empresarios que deseaban hacer negocio con el gobierno del guanajuatense, pero no se conocieron acciones efectivas en favor de los grupos vulnerables. En cambio se supo que sus directivos cobraban más de un cuarto de millón de pesos al mes, cuando se suponía era trabajo altruista.

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