CAMBIOS EN MEDIOS INFORMATIVOS: DE ADULADORES
A SOMETEDORES DE LAS MÁS ALTAS INSTITUCIONES
MAXIMILIANO CASTILLO R.
Don Adolfo Ruiz Cortines, considerado buen presidente y muy ahorrativo, tenía mala impresión de la prensa, limitada entonces a los diarios, porque casi no existían los noticieros de radio y televisión ni, menos, los digitales. Despreciaba a los dueños de periódicos, aduladores a cambio de dinero.
Cuentan que unos días después de terminar su sexenio los medios informativos, antes quemadores de incienso en su honor, comenzaron a criticarlo, para volcar sus elogios hacía Adolfo López Mateos, su sucesor. Quien fue su secretario particular le comentó ese cambio en el trato y expresó aquello de “prensa vendida”.
El expresidentes lo atajó. Le dijo, palabra de más palabra de menos: “No. La prensa no es vendida, porque no se vende: se alquila”. Eran otros tiempos y, efectivamente, de acuerdo con periodistas de la época, se daba ese alquiler, porque los dueños de los diarios se hacían ricos mediante las loas de sus diarios a los hombres del poder público.
No es esa la situación actual. Los medios informativos fueron beneficiados enormemente con la publicidad en el anterior sexenio. Aquí se ha comentado lo de los 65 mil millones de pesos gastados por el presidente Enrique Peña Nieto para pagar la difusión de sus dichos y logros, y para denostar a sus adversarios.
Fue mucho dinero, pero el verdadero poder de chantaje de la prensa nacional (incluida la electrónica) se lo proporciona su pertenencia o alianza a los grupos dueños de la riqueza generada por el esfuerzo de todos los mexicanos, además de la derecha internacional. Tienen agenda propia, y no responde ya a los intereses del gobierno y, menos, a los del PRI, como ocurría antes.
Durante 13 años atacaron a Andrés Manuel López Obrador, porque su triunfo no convenía a sus intereses ilegítimos. Y sí además el último titular del Poder Ejecutivo Federal les pagaría 65 mil millones de pesos, pues mejor. Eso se evidencia ahora que Enrique Peña Nieto ya no es presidente de la República.
Le retribuyen por el dinero y todos los privilegios que les otorgó, omitiendo la reflexión sobre las condiciones generales en que el político mexiquense y sus allegados, ajenos al Estado de México, dejaron al país. Es grande ese favor que le hacen, al no cuestionar su gestión, pero no llegan a la defensa de su gobierno.
La actuación facciosa de casi todos los granes medios informativos de cobertura nacional no busca defender a Peña Nieto, sino someter y poner al servicio de sus intereses al presidente Andrés Manuel López Obrador y, además, como parte de los medios de la plutocracia y la derecha internacional, para alinearlo a la política exterior de Washington en el problema de Venezuela.
No estamos, pues, ante la “prensa vendida”, ni frente a la prensa que “se alquila”, como era la convicción del expresidentes Adolfo Ruiz Cortines, sino ante una especie de sicariato al servicio de los dueños del dinero, que lo son también de esos medios, aunque juegan a favor del mandatario la escasa credibilidad de la casi totalidad del universo informativo y sus periodistas, como lo prueba el hecho de que entre más lo critican, más sube su respaldo social. Empero el intento de hacerlo rehén es claro.