NUEVOS TIEMPOS EXIGEN UN
CAMBIO EN MEDIOS PÚBLICOS
EL SISTEMA DE RADIO Y TELEVISIÓN MEXIQUENSE NO
PUEDE ESTAR SÓLO AL SERVICIO DEL GOBERNADOR
En los primeros meses de 1981, como candidato a gobernador, Alfredo del Mazo González percibió uno de los grandes y graves problemas del Estado de México, no examinado por las autoridades, ni la sociedad de entonces: la débil cohesión social e identidad estatal.
Eran los tiempos de las grandes tentaciones de crear el estado del Anahuac, con el territorio del Distrito Federal, ahora Ciudad de México, y los municipios del Estado de México de la región, justamente en donde se concentra la mayor parte de la población y la planta industrial destinada a las manufacturas.
Estos intentos, combinados con la composición multiorigen de los pobladores de la parte estatal del Valle de México, caracterizada por el alto porcentaje de personas y familias completas nacida en otras entidades federativas, colocaba al Estado de México en una alta vulnerabilidad en caso de someterse a una consulta popular la creación de un nuevo estado en la zona.
Del Mazo González, un político visionario, con cualidad de hombre de Estado, no sólo percibió el problema citado, sino también se interesó en neutralizar el riesgo de una mayor pérdida de cohesión social e identidad estatal, y emprendió la tarea de rescatar, difundir y fortalecer las raíces, historia y cultura de la entidad.
Para ello gestionó instituir el gentilito “mexiquense”, pues a principios de la década de los ochenta del siglo pasado la población del Estado de México no lo tenía. De la misma forma ideó comunicar a la población de aquella región mediante un medio público, para lo cual creó, primero, la radiodifusora “Mexiquense”; un año después, el canal de televisión del mismo nombre, para integrar el Sistema de Radio y Televisión Mexiquense.
Su tarea estratégica fue ser instrumento para despertar, arraigar y expandir en la población del Valle de México el sentido de pertenencia, para lo cual también institucionalizó la denominación de Valle Cuautitlán-Texcoco, para diferenciar la parte estatal de la región de la del Distrito Federal, con el cual un alto porcentaje de la población de allá se sentía identificado.
En esas condiciones y dada las circunstancias de entonces, era entendible que el Sistema de Radio y Televisión Mexiquense fuera un medio público dependiente del Poder Ejecutivo, que con el tiempo se convirtió en instrumento propagandístico al servicio de cada gobernador en turno.
RTM se apartó en mucho de los objetivos que le dieron vida y devino en espacio no para fortalecer la identidad y cohesión mexiquense, sino para colocar a amigos de los poderosos, lo cual no debe continuar. Por eso es pertinente la intención de diputados de MORENA de elevarlo de rango de medio público de Estado; es decir, que pertenezca y sea manejado por los tres poderes, con participación de la sociedad.
Ahora los dos poderes distintos al Ejecutivo casi le suplican de favor que les den espacios para difundir actividades relevantes, y eso no ocurriría si el Sistema RTM fuera medio público de Estado.