LOS OTROS SALDOS NEGATIVOS DEL NEOLIBERALISMO
QUE PASAN DESAPERCIBIDOS PARA LOS MEXICANOS
JORGE IVÁN FRAUSTO LEAL
No con la intensidad y profundidad requerida, se debate sobre las características y desastrosos efectos sociales del modelo económico neoliberal, acentuadas en México por el ingrediente de la corrupción: empobrecimiento de la mayoría, la desigualdad económica y social y concentración de la riqueza en reducidos grupos de grandes empresarios vinculados al poder público.
Los beneficiados con ese modelo económico están oponiendo una virulenta resistencia a los cambios y particularmente a los objetivos de la cuarta transformación, que implican el fin del régimen de privilegios y corrupción a favor de los dueños de la riqueza del país y el abandono de la mayoría, además de la ineficiencia e ineficacia en el ejercicio del poder. Lo hacen especialmente por conducto de sus grandes medios informativos de cobertura nacional y sus periodistas estrellas.
No cesan en su empeño, y consideran viable la restauración del modelo económico impuesto en México por los organismos mundiales al servicio del capital financiero, y ni por equivocación practican un ejercicio autocrítico de los resultados para la población ofrecidos por los 36 años de neoliberalismo, porque no se trata de eso, sino de buscar la vuelta a ese sistema.
La misma hegemonía de esos intereses económicos nacionales en los diarios, canales de televisión y estaciones de radio impiden el debate a fondo de los problemas herencia del neoliberalismo, y ni de lejos examinan otros efectos igualmente perniciosos socialmente, producidos por ese modelo económico:
El fortalecimiento del individualismo, el egoísmo, y la contraparte, la perdida de la solidaridad, del sentido de pertenencia a una comunidad, del interés por contribuir a la solución de los problemas del entorno social más próximos y del mejoramiento de las condiciones en que transcurre la convivencia de los habitantes del país, de los estados, municipios, pueblos, barrios y colonias.
El presidente Andrés Manuel López Obrador se refiere con frecuencia a los valores de la población mexicana, y los da por existentes en forma generalizada, pero en la realidad las cosas no son así, pues el aparato de dominación ideológica que permitió y legitimó al neoliberalismo fue muy eficaz en la destrucción de esas cualidades que caracterizaron en el pasado a casi toda la población.
No se reflexiona al respecto, porque quienes disponen de condiciones para debatirlo son precisamente los que contribuyen a la destrucción de esos valores, y no les conviene siquiera que se conozca este saldo pernicioso que dejó el neoliberalismo, y lo que desean es que esas desventajas se agraven, para que no se conviertan en factores adversos para su causa y objetivo de restaurar las condiciones para mantener sus privilegios.
El fomento al individualismo, a la pérdida de escrúpulos, de ética, a la deshonestidad, del sentido de comunidad, de solidaridad, respeto, consideración; y por el contrario, la exaltación del dinero, sin importar si se obtiene en actividades criminales o con violaciones a las leyes fiscales, tuvo efectos y perneó en un alto porcentaje de los mexicanos, y constituye un obstáculo adicional a los objetivos de la cuarta transformación, aunque no se debata esta situación.