IGNORADO PROBLEMA DEL AGUA:
A MUCHOS NO LES IMPORTA
EL TEMA NO ESTÁ EN EL DEBATE PÚBLICO,
NI LES INTERESA A FUERZAS POLÍTICAS
En su afán de criticar para debilitar el apoyo popular al presidente Andrés Manuel López Obrador, el 21 de marzo último, los grandes medios informativos, la oposición y grupos malquerientes del mandatario hicieron un mayúsculo escándalo por la presencia en el Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles” de una modesta mujer vendedora de alimentos.
Aprovecharon la comercialización de los tradicionales “huaraches” que ofrecía la dama mexiquense, para poner la voz en el cielo de la reprobación. En sus ansias por descalificar a la terminal aérea ni siquiera supieron diferenciar entre lo que son los “huaraches”, alimento típico del centro y especialmente del Valle de Toluca, de las “tlayudas”, originarias de Oaxaca.
Dieron por hecho que se trataba de “tlayudas” y con clasismo y racismo pusieron en el centro del debate la venta de esos “huaraches” a los cuales por ignorancia les cambiaron de nombre. Discutieron el caso como si se hubiera tratado del principal problema nacional.
En cambio, guardaron y guardan silencio ante un problema que puede, ese sí, considerarse de seguridad nacional: la escasez o falta absoluta de agua potable en las principales zonas metropolitanas del país, comenzando con la del Valle de México, donde los mantos de agua subterránea se están agotando y no hay aguas superficiales no contaminadas en toda la región.
Dicho fenómeno afecta en mayor o menor medida a 22 millones de habitantes de la megalópolis del Valle de México, cuyo polo de influencia es la capital del país, como se dio a conocer en el anterior número de “El Espectador”; es decir, una población mayor a la total de Chile.
Esta situación no preocupa a la oposición, ni a los medios informativos, que hicieron escándalos por la venta de “tlayudas” en el AIFA, como si una humilde comerciante de alimentos fuera más grave que la carencia de agua.
La oposición partidista y los sectores económicos que acaparan el ingreso y la riqueza nacional tampoco muestran preocupación por los padecimientos diarios de un alto porcentaje de la población mexicana excluida del beneficio del agua entubada en sus domicilios o por la insuficiente dotación del vital líquido.
Es lugar común y frase hecha, pero no por eso deja de responder a la realidad eso de ‘el agua es vida’, pero sin agua no se puede vivir plenamente ni haber desarrollo, y ese escenario está presente ya, aunque no ha alcanzado niveles de tragedia, todavía. Pero no les interesa a quienes están en condiciones de, al menos, llevar el tema al debate público y aportar ideas para su solución.
El agua fue considerada un recurso renovable, pero la cruda realidad nos ha sacado del error. Era una creencia equivocada, pues aun cuando a nivel planetario el agua en la misma, en las zonas más pobladas del país y del mundo ha dejado de ser automáticamente renovable: se agota, y por ello urge restaurar las condiciones que permiten su recarga, aunque a muchos les ocupe más el tema de las “tlayudas”.