
*Las cifras muestran una situación preocupante para el partido.
De la redacción
El debilitamiento electoral del PRI en el Estado de México llegó a su mayor grado en la elección de gobernadora del primer domingo de junio de este año, con Alejandra del Moral Vela como abanderada. El más alto respaldo lo consiguió en el 2011, con un mal político y después peor gobernante, Eruviel Ávila Villegas.
Dicho año, 2011, el oriundo de Ecatepec y ahora habitante de Las Lomas de Chapultepec, en la capital de la República, superó los tres millones de votos de una lista nominal de 10 millones 556 mil electores. Impuso un récord, que rompió la actual mandataria, Delfina Gómez Álvarez, con 3 millones 360 mil.
Hace 12 años, el candidato priista logró el respaldo del 29 por ciento de los mexiquenses enlistados y en condiciones de votar, a pesar de que la participación fue del 46.15 por ciento, según un análisis de este espacio noticioso digital. Y entonces tuvo como adversario al PAN, ahora su aliado y la aportación de sus votos.
Para el primer domingo de junio de este año el PRI, en lo individual como partido, consiguió sólo un millón 732 mil sufragios, de una lista nominal de 12.7 millones de ciudadanos en condiciones de votar. Eso representó menos del 14 por ciento del universo de electores, que en poco más de 50 por ciento acudieron a las urnas.
El PRI retrocedió en las dos últimas elecciones, lo cual explica que haya pasado de ser gobernante en suelo mexiquense a principal opositor desde el 16 de setiembre de este año, y con figuras políticas devastadas en las urnas en pleitos internos, que agravan su condición partidista.
Lo peor es que a pesar de esa condición electoral opositora, el PAN, con menos de la mitad de la clientela electoral del tricolor, le marca pauta y lo pone a su servicio. El próximo año veremos a los militantes del PRI mexiquense buscando votos para la candidata presidencial panista, Xóchitl Gálvez, lo que nunca había hecho en suelo del Estado de México.