*Fue la única mujer de la XLV Legislatura Local, en tiempos de Hank González.
De la redacción
Entre 1972 y 1975 la política priista Yolanda Sentíes Echeverría fue integrante de la Legislatura Local mexiquense número 45. No había más diputadas. Ella fue la única mujer ocupante de una curul. Ahora suman 36.
Por cierto, narró hace poco que los asientos para los legisladores en el salón de pleno fueron diseñados para hombres, pues eran enormes, por lo que ella no llenaba ni la mitad, además de que eran altos.
Un acuerdo del Congreso Local, aprobado por unanimidad, permitió colocar y develar en un muro del Palacio Legislativo una placa con los nombres y apellidos de quienes integraron la XLV Legislatura.
Fueron 14 diputados y una diputada, precisamente, Sentíes Echeverría, activa aún, después de una larga trayectoria política y administrativa, con cargos de representación popular, administrativos y posiciones directivas partidistas.
Durante la ceremonia en que se develó la citada placa, dos políticos jóvenes opinaron que seguramente la química bióloga de profesión debió padecer el “machismo” acendrado de esas épocas.
Un tercer personaje, diputado local en estos momentos, explicó que hace 50 años Sentíes Echeverría estaba “blindada” en la Legislatura Local (1972-1975) contra lo que ahora se conoce como misoginia, “machismo”, acoso y violencia política de género contra las mujeres.
Su explicación fue convincente: la diputada local mexiquense hace medio siglo era sobrina del presidente de la República, Luis Echeverría Álvarez, en una época del presidencialismo autoritario, vertical, atropellador de la legalidad y represivo.
Por si eso no fuera suficiente, abundó el legislador local, la integrante de la representación popular del Estado hace medio siglo era hija de Octavio Sentíes, titular de la en ese tiempo denominada regencia del Departamento del Distrito Federal (DDF) y ahora Gobierno de la Ciudad de México.
Un político local prácticamente retirado, que participaba en la conversación, recordó que el papá de doña Yolanda llegó al DDF cuando el cargo era de designación directa del presidente de la República, y que ocupó el lugar de Alfonso Martínez Domínguez, un político de Nuevo León, renunciado por la masacre estudiantil del 10 de junio de 1971, perpetrada en la capital del país por el grupo paramilitar “Los Halcones”.
Con esos respaldos, la diputada local Sentíes Echeverría no corrió ningún riesgo de discriminación por el tema del “machismo”, como lo prueba el hecho de que después fue alcaldesa de Toluca, diputada federal, senadora de la República, precandidata del PRI a la gubernatura, dirigente nacional de las mujeres priistas y dos veces integrante de gabinetes estatales.