COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
RESPETABLE Y DEMOCRÁTICA, PERO RESULTÓ
PERJUDICIAL PARA EL MUNDO ELECCIÓN DE TRUMP
Por la serie de decisiones equivocadas, nocivas para el mundo y para los propios Estados Unidos, la democrática elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, efectuada en los primeros días de noviembre parece muy lejana, y de ella apenas transcurrieron poco más de cinco meses.
Numerosos acontecimientos se han acumulado a partir del 20 de enero, cuando asumió el cargo. En estos menos de cuatro meses los hechos, productos de determinaciones, irracionales, lesivas para todos los países, se acumularon con una celeridad no conocida en esa primera potencia económica y militar del mundo.
Donald Trump, un reconocido narcisista, oficialmente delincuente, ganó el cargo con un amplio respaldo popular, prueba de la escasez de líderes a la altura de la importancia del vecino país, lo que conduce a muchos a preguntarse que, si eligieron a un mal presiente, cómo estarán los peores cuadros.
Desde hace varios meses, cuando el tema no se tocaba, “El Espectador” alertó sobre la decisión de los grupos plutocráticos globales, con sede en Nueva York, Washington, Chicago, Los Ángeles, San Francisco y Miami, de asumir directamente el ejercicio del poder, con sus personeros, los hombres más ricos del mundo.
En la realidad Donald Trump resultó inconveniente también para esos intereses. Sus más cercanos e influyentes colaboradores, con Elon Musk a la cabeza, perdieron cientos de miles de millones de dólares en acciones de sus empresas, al grado de que éste último, considerado el hombre más acaudalado del planeta optó por dedicarle más tiempo a su empresa insignia, Tesla, y menos a sus responsabilidades en el equipo que ejerce el poder.
En un caso inédito, porque nunca habíamos presenciado algo así, todas las decisiones del presidente Donald Trump son negativas para el mundo, incluido Estados Unidos. No hay una que pueda tener efectos positivos para los países, como si estuviera empeñado a perjudicar a los más de 8 mil 400 millones de habitantes de la tierra, comenzando por los más de 330 millones de estadounidenses.
Abandonó los compromisos de Estados Unidos en la lucha mundial para frenar y revertir el cambio climático y anunció que al interior retomaría el método del “fracking”, el más contaminante de todos, para explotar la riqueza petrolera y gasera en volúmenes nunca conocidos, sin importarle el daño al ambiente y propiciar el aceleramiento del cambio climático.
La aplicación de aranceles es una medida tan mala para la economía mundial que su sólo anuncio impactó negativamente los planes de inversión en el planeta, con excepción de China y algunos otros pocos países del mundo.
Su política migratoria, xenófoba, clasista, racista y discriminatoria, que tan sólo por eso la condenaba el Papa Francisco, tendrá consecuencias desastrosas en la economía estadounidense, porque los migrantes son quienes le permiten a Estados Unidos mantener cierto nivel de competitividad frente a China y otros países asiáticos. Si los expulsa, se elevarán mucho los costos de producción, con una mayor pérdida de mercados. Podríamos seguir enumerando tantas decisiones irracionales, pero con estos ejemplos basta para preocuparnos. Y más, nosotros los mexicanos, porque tenemos tres mil 180 kilómetros de frontera con la vecina nación.
