*Supuestos expertos en derecho y periodistas defienden la exaltación de narcos.
De la redacción
Más por atacar al gobierno que por de verdad interesarse en la libertad de expresión, supuestos expertos en derecho y periodista sostienen que la exaltación pública de criminales por grupos musicales ocurre en el marco de la libertad de expresión.
No importa que se trate de la apología del delito, al presentar a personajes como Nemesio Oseguera Cervantes, cabeza del “Cartel Jalisco Nueva Generación”, culpable de desapariciones, masacres, secuestros, extorsiones y diversas modalidades de delito contra la salud.
Desde esta posición, podría llamarse en los medios informativos o en corridos a un golpe de Estado o hacer propaganda para la formación de un partido nazi en México, porque prohibirlo sería censura y atentado a la libertad de expresión.
El debate surgió por dos hechos ocurridos en meses recientes. Comenzó con los destrozos de un escenario en el palenque de la Feria de Texcoco, porque un cantante declino interpretar corridos en los que se exalta a criminales.
Y siguió entonces cuando enmedios se avivó la discusión con las reformas legales en estados como Aguascalientes, Jalisco y Michoacán, para prohibir los corridos que elogian a las cabezas de grupos criminales. No narran hechos, sino que hasta utilizan imágenes de narcotraficantes en plazas públicas, en una clara apología del delito y elogio a criminales.
Los mismos periodistas que critican a las autoridades morenistas por no terminar con las desapariciones forzadas de personas por particulares, con los homicidios, secuestros, extorsión y narcomenudeo, defienden la exaltación de los criminales que ordenan esos delitos.
Pretextan que se trata de censura y de ataques a la libertad de expresión y equiparan la prohibición de la apología del delito con acciones que buscaran prohibir la lectura de grandes obras literarias que narran hecho de violencia.
Son los mismos periodistas que junto con sus patrones firmaron un acuerdo público con el presidente Felipe Calderón, para dejar de difundir información sobre los homicidios y violencia, para no hacer, precisamente, “apología del delito”.
Se autocensuraron y ahora abogan por que se permita cantar corridos en los que se hace apología de los criminales, muchos de los cuales pagan a los compositores para que compongan y difundan en plazas públicas, hasta con grandes fotografías, corridos donde se les presenta como ídolos populares.
Otro argumento utilizado es que es el público el que solicita esos corridos. Primero pervierten el gusto musical y después argumentan que eso es lo que demanda el público, como si fuera lo mismo narrar las hazañas guerrilleras de Pancho Villa que elogiar las actividades de los criminales que tienen atemorizada a la población.