COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
LA ELECCIÓN EN EL PODER JUDICIAL FEDERAL, EN EL ESCENARIO
DE LA LUCHA POR LA NACIÓN ENTRE ULTRADERECHA Y EL PUEBLO
Ninguna elección en la historia del país había enfrentado tanta resistencia y campañas de desprestigio, como la del domingo pasado, especialmente la de titulares de juzgados de distrito y de tribunales de circuito, pero especialmente, la de ministras y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el tribunal encargado de determinar si una norma está a pegada o no a la constitución, y para resolver en definitiva las controversias sobre invasión de facultades entre autoridades.
Ni siquiera la elección que marcó la primera participación de don Francisco I. Madero como candidato presidencial, durante la dictadura porfirista, fue objeto de campañas de rechazo, basadas en mentiras, como ocurrió ahora. En realidad, la resistencia al cambio de método para elegir juezas, jueces, magistradas, magistrados, ministras y ministros del Poder Judicial fue furiosa, porque la institución de la elección canceló la oportunidad de la ultraderecha empresarial y sus brazos electorales de tener al Poder Judicial a su servicio.
Hasta 2018 los grandes empresarios del país y extranjero tuvieron sometidos y a sus órdenes a los presidentes de la República y al Poder Legislativo Federal, los cuales se liberaron con el ascenso a esos poderes de la Unión del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA). Eso les representó la pérdida de la oportunidad de seguir acrecentando sus enormes fortunas, construidas con la corrupción, vía tráfico de influencia utilizada en la venta con excesivos sobreprecios (saqueo del erario) de diversos bienes y servicios al poder público, pero lo más importante es que tenían a su disposición a la mayor parte de los integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y ello les permitía obtener protección cuando violaban la ley, especialmente las fiscales.
Por eso, y a través del poder fáctico mediático, algunos de cuyos miembros forman parte de la ultraderecha empresarial (el mejor ejemplo es Ricardo Salinas Pliego), se trató, primero, de impedir la reforma constitucional que sentó las bases para la reforma al Poder Judicial Federal; después, se atacó por todos los medios la elección; y, al final llamó a no votar, especialmente por medio del sicariato mediático, que alquila para defender sus intereses, así sean ilegítimos.
La elección se efectuó y fue histórica por no tener precedente en la vida independiente del país, y mucho menos en los tres siglos de la etapa colonial, cuando formaba parte de la corona española. Esa fue la trascendencia histórica, que aprovecharon 13 millones de ciudadanas y ciudadanos, y que dará lugar a un nuevo Poder Judicial Federal y una nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)