*La estrategia de la Cuarta transformación ha dado resultado pese a la campaña opositora.
De la redacción
Contrario a lo que difunde el poder fáctico mediático en todos sus diarios impresos, noticieros de radio y televisión, en el sentido de que la estrategia de combate a la delincuencia e inseguridad pública es un absoluto fracaso, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), que integra la Federación y los gobiernos estatales, informó que los delitos de alto impacto tuvieron una disminución de aproximadamente el 45 por ciento en cuanto va de los gobiernos morenistas.
Desde el año 2018, último del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, los ilícitos de alto impacto como las muertes violentas intencionales, conocidos como homicidios dolosos, se han reducido en forma importante. Con cifras del SESNSP, el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Omar García Harfuch detalló que hasta antes de llegar a la presidencia de la República Andrés Manuel López Obrador en el país se cometían un promedio de 969 delitos graves en el territorio nacional, número que bajó en mayo de este año a 546.
En el caso del delito de homicidio doloso en el último año del sexenio peñista se cometieron 101 cada 24 horas, los que bajaron 86 al terminar el período de Andrés Manuel López Obrador y e estos momentos son 64; es decir, 22 menos en los últimos 8 meses, primero del sexenio de la mandataria Sheinbaum Pardo.
No obstante, los grandes medios informativos, que asumieron un papel de opositores, insiste en que antes el país era más seguro y con menor violencia, mientras que ahora el derramamiento de sangre es mucho mayor y que los grupos criminales criminales son quienes mandan en México.
La reducción de las muertes violentas intencionales se logró inclusive en Guanajuato, que bajó de los 12.7 diarios a menos de 7 en estos momentos. En este sentido, el Estado de México, aunque el número absoluto de estos delitos del primero de octubre del año pasado al 30 de mayo del presente fue de 726. Con ello la entidad mexiquense se colocó en el tercer lugar, abajo de Guanajuato, que acumuló en el período más de 990 casos, y de Baja Califormia, que padeció dos hechos más que el Estado de México.
