*Llegará al cargo con alta legitimidad. *La queretana Celia Maya presidirá el TDJ.
De la redacción
Hugo Aguilar Ortiz, indígena mixteco, será el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), al ser el candidato más votado entre los hombres y mujeres aspirantes a integrar ese tribunal. Obtuvo más de 6 millones de votos, aproximadamente 800 mil más que Lenia Batres Guadarrama, la segunda con más sufragios en la elección judicial del primero de este mes.
La jurista queretana Celia Maya ganó la elección para presidenta del Tribunal de Disciplina Judicial, de nueva creación, cuyas facultades le permitirán fiscalizar el trabajo de titulares de juzgados de distrito, de tribunales de circuito y de los propios ministros, atribuciones que no tenía el Consejo de la Judicatura Federal, encabezado todavía por la presidenta de la SCJN Norma Lucía Piña Hernández.
Aguilar Ortiz es el primer integrante de un pueblo originario en ser ministro y en presidir el máximo tribunal constitucional del país, desde que otro indígena, zapoteco, pero también oaxaqueño lo hizo: don Benito Juárez.
La presidencia de la Corte y del TDJ será rotatoria cada dos años y, por sus votaciones, le seguirán en ese cargo Lenia Batres Guadarrama y dos años después entrará Yasmín Esquivel Mossa.
Además de las nombradas, y de Aguilar Ortiz, completan la lista de 9 integrantes de la SCJN Loretta Ortiz Ahif, María Estela Ríos González, Sara Irene Herrería Guerra, Giovanni Azael Figueroa Mejía, Irving Espinosa Betanzo y Arístides Rodrigo Guerrero García, todos afines al partido en el poder. Quedaron muy rezagados los candidatos que son militantes del PRI o del PAN.
Cerca de 13 millones de personas acudieron a votar en el proceso electoral más “satanizado” de la historia, con furiosas campañas mediáticas de desprestigio, mentiras y llamado abierto de la oposición partidista y mediática a no votar. Y funcionarios de casillas boicotearon la jornada de votación, al presentarse tarde o no llegar a los sitios de votación. Fueron relevados por los primeros que llegaron a votar, o incurrieron en “tortuguismo”, para retrasar la apertura, según pudieron constatar “El Espectador” y “La Noticiería” en los sitios de votación.
Debieron abrir a las ocho de la mañana y muchos funcionarios de casillas comenzaron a recibir a los votantes tres horas después. Estas circunstancias, más el escaso conocimiento de las candidatas y candidatos y el crecido número de boletas que debían marcarse volvieron muy complejo el desarrollo de la primera elección de funcionarios judiciales federales y locales de la historia.
No obstante, estas circunstancias no le restaron peso histórico al hecho de que los cargos en disputa fueron decididos por los ciudadanos, no por parentescos, compadrazgos, amiguismo, ni por padrinazgos, como ocurrió en toda la historia de los poderes judiciales del país y de la entidad mexiquense.
Encabezó la campaña de boicot y desprestigio del proceso electoral judicial de la federación, Ricardo Salinas Pliego, dueño de Televisión Azteca, de muchas empresas más y el principal evasor de impuestos en México (debe 65 mil mdp).
