*Abundan quienes quieren cargar primero, aunque llegan después.
Ante la escasez o insuficiencia de gasolinas, una parte de la sociedad volvió a mostrar su característica contradictoria de ser capaz de los mayores actos de solidaridad, pero también de mezquindad, egoísmo, desconsideración, falta de respeto y agresividad contra los demás.
En muchos expendidos no pocos conductores incurrieron en actos de violencia verbal contra otros, incluso a las amenazas con armas de fuego. Hubo intentos de pasar por encima de los derechos de quienes llevaban mucho tiempo en las filas para comprar combustibles.
La insensibilidad se expresó en las bocacalles cercanas a las gasolineras, que fueron obstruidas por los vehículos, en perjuicio de quienes debían cruzarlas, pero tuvieron que pasar muchos minutos para poder hacerlo, porque los de las filas de compradores del energético se quedaban a la mitad de las calles.
Eso provocó, sobre todo los primeros días de la contingencia, grandes congestionamientos en perjuicio de quienes nada tenían que ver con el problema de la insuficiencia gasolina en los expendios. Los despachadores de éstos en ocasiones han sido maltratados cuando dan a conocer el agotamiento del producto, como si ellos fueran los culpables y deliberadamente negaran el servicio.
Quienes más han padecido son los conductores que se quedaron atorados en las bocacalles, por la desconsideración de quienes las bloquean con sus vehículos y no les importa ocasionarles problemas a otros.
Pero no sólo eso, cuando con razón les piden que dejen libres las calles transversales y avancen hasta que puedan hacerlo sin causar problemas, se molestan y recurren al insulto, a la ofensa y a retar a pelear a los afectados con el bloqueo de las vialidades.
Las mujeres no se salvaron del maltrato de quienes dieron muestra de que sólo les interesaba resolver su problema, sin importarles causarlos a los demás. La sensibilidad y respeto a los otros brillan por su ausencia en muchos casos.
Los despachadores de gasolinas tuvieron que lidiar también con gente que acudió a comprar el combustible en bidones, con el argumento de que no podían mover sus vehículos por falta del mismo, pero que en realidad lo destinaban a revenderlo hasta en un ciento por ciento sobre el precio al que lo compraron. Se pusieron furiosos cuando los trabajadores de los expendios le negaron el producto y comenzaron a racionar la cantidad que se les surte a 10 litros por cliente.

EL SENTIDO DE OPORTUNIDAD DE COMERCIANTES
En cambio, los vendedores ambulantes mostraron otra vez su desarrollado sentido de la oportunidad para desarrollar sus actividades. Se pusieron a vender en las filas una gran variedad de artículos, como papas fritas caseras, cacahuates, dulces, cigarros al menudeo, refrescos, alegrías, palanquetas, cerillos, goma para masticar, galletas, tamales y atole.
También en el caso del comercio establecido, locales dedicados a la venta de café, tortas, tacos y misceláneas ubicadas entorno a las gasolineras han visto impulsadas sus ventas con los automovilistas que pacientemente hacen fila, incluso durante horas de la madrugada, para llenar sus tanques.