Elevar Calidad de la Formación Normalista: Camino para Mejorar Educación en el País

437
0

*Así se tendrá la seguridad de que los nuevos maestros saldrán bien preparados.

Urgente elevar calidad de la educación normalista. Foto: Internet/César Martínez López

La asignación de plazas y ascensos por concurso es una buena medida para evitar que gente sin formación pedagógica o vocación ocupe un lugar frente a los niños en los salones de clases.
No obstante, “para elevar la calidad de la educación debe comenzarse por fortalecer y mejorar la formación normalista de los futuros profesores”, advirtió Jairo A. Tell, especialista en temas educativos.
En las escuelas normalistas públicas está la posibilidad de lograr una educación de calidad, porque “en ellas pueden formarse los cuadros magisteriales del futuro con el perfil exigido por los retos que tiene el país por delante”, subrayó el experto.
“Lo que no debe permitirse en las leyes secundarias es que continúe la venta de plazas, el tráfico de influencia en su asignación y en los ascensos mal otorgados, porque eso atenta contra la calidad educativa”, apuntó.
En el caso de que no se concursen las plazas, este filtro debe compensarse con una buena educación normalista pública, para que los nuevos maestros representen una garantía de vocación docente, preparación, conciencia de la tarea trascendente de su profesión e interés por contribuir desde las aulas a construir un mejor país, insistió el colaborador de este semanario.

ESPÍRITU DE LUCHA Y DE RESPONSABILIDAD
El especialista consideró positiva la rebeldía de los alumnos de las escuelas normalistas públicas, pero aclaró: la inconformidad y sensibilidad social carece de utilidad para el país si no se acompaña con una sólida preparación de los maestros en formación.
Desde una formación normalista deficiente, poco o nada puede aportarse a la lucha por mejorar las condiciones de vida de la población, comenzando por el hecho de que el maestro rebelde, pero mal preparado, no podrán impartir una educación de calidad a los alumnos, en una época en que esto es lo que más se necesita, explicó Jairo A. Tell.
La ausencia de una firme capacidad y calidad normalista no puede compensarse con radicalismos. Y ambas condiciones son compatibles, inclusive indispensables.
“De poco sirve un maestro bien preparado si es insensible y carece de responsabilidad social ante los problemas de la educación, en particular, y del país, en general; pero tampoco ayuda mucho un maestro rebelde ante las injusticia, sino cumple su obligación de enseñar bien a sus alumnos”, reflexionó el especialista.
Recordó que a principio de la década de los setenta del siglo pasado Salvador Allende, el presidente de Chile derrocado por Augusto Pinochet, por encargo de Estados Unidos, advirtió en Guadalajara que es muy fácil ser alumno revolucionario y mal estudiante, pero lo que se necesita son buenos alumnos que sean también revolucionarios.

Artículo anteriorAfloran Problemas de Presunto Mala Administración y Delitos Electorales en Cooperativa Cruz Azul
Artículo siguienteGEM y SEDATU Acelerarán Tareas de Reconstrucción, Año y Medio Después de los Sismos