
*La aeronave fue comprada cuando Felipe Calderón era presidente.
De la redacción
La adicción a los lujos del anterior grupo gobernante en el país fue excesiva, y el mejor ejemplo de ello lo constituyó la compra del avión presidencial, en proceso de enajenación, en subasta con intervención de una agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La aeronave salió con enorme lujo desde su adquisición por parte del gobierno del entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa, pero a la gente de su sucesor en el cargo se le hizo austero, y por eso ordenaron incorporarle accesorios y reacondicionamiento con mayor lujo: gastaron mil 820 millones de pesos adicionales, y ahora ese encarecimiento innecesario dificulta su venta, según el nuevo gobierno.
La aeronave para 280 pasajeros no llegó antes de finalizar el sexenio calderonista, por lo cual el michoacano y ahora expanista no alcanzó a tenerlo a su servicio, y tuvo que conformarse con ver cómo su sucesor, cuadro de otro partido, disfrutaba el jet.
De acuerdo con información proporcionada por el nuevo gobierno, a pesar de todos los accesorios de lujo de fábrica del avión presidencial, Peña Nieto lo consideró ‘austero’, por lo cual decidió gastar esos mil 820 millones de pesos en su mejoramiento, lo que encareció más a ese jet, cuyo depósito de combustible permite viajes intercontinentales.
Esta adicción a los lujos hizo que la aeronave elevara su costo en la suma citada. Pero eso sí, quedó acondicionada con una especie de suite, recámara y un bar de súperlujo.
Esos más de mil 800 millones de pesos no se recuperarán, porque como ocurre con los automóviles y camionetas que se le agregan accesorios de lujo, costosos, casi no los pagan por los compradores. Los vendedores pierden la inversión.
El gasto se convierte en pérdida para el dueño del vehículo. Así ocurrirá con el avión presidencial. Los expertos en el tema adelantan que se enajenará con pérdidas sobre lo pagado, porque de por sí aunque es relativamente nueva, ya se devaluó por ser usada y, adicionalmente, como en el caso de los vehículos encarecidos con accesorios de lujo, no se recuperará lo invertido en el acondicionamiento, que incluyó maderas preciosas.
Del jet en subasta, a diferencia de los vehículos modificados con componentes de lujo (que se le pueden retirar e instalarlos en otros), la suite, el bar, las grandes áreas de lujos no pueden retirarse para su venta por separado o para colocarse en otro avión.
En ese avión con autonomía de viaje intercontinental fueron trasladados también reporteros, columnistas, articulistas, editorialistas, dueños de grandes medios informativos e invitados especiales a las giras presidenciales internacionales, lo que no ocurre ya, porque hasta el presiente de la República viaja en aviones de líneas comerciales.