Augusto L. Robles
Desde la Plaza de la Constitución, a metros de Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció su propuesta para lograr en cese de la guerra Rusia-Ucrania: declarar una tregua mundial de 5 años en las tensiones entre todos los países, para dedicar ese tiempo a atender los problemas de salud y económicos del planeta.
Anticipó que pediría a la ONU (que está desaparecida en el conflicto) la integración de un comité para lograr la paz en Ucrania, integrado por el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Manuel de Oliveira Guterres; el papa Francisco; y el primer ministro de India, Narendra Modi.
El mandatario mexicano criticó a la ONU por no buscar con enjundia el fin de la guerra en cuestión, y atribuyó la invasión de Rusa a Ucrania al fracaso de los políticos que no pudieron o quisieron evitarla y, una vez estallada, tampoco buscaron una solución negociada, sino enviaron armamento al país invadido y aplicaron sanciones al invasor, pero solo agravaron la guerra y sus consecuencias en perjuicio de la población ucrania; generando, además, escasez de alimentos, aumento de la inflación y perjudicando a la población mundial.
López Obrador culpó a los intereses de la industria armamentista de haber intrigado para que se generaran las condiciones de la guerra, y consolidar sus intereses hegemónicos a costa del sufrimiento de la población de Ucrania y de la economía mundial.
El presidente mexicano reprobó la invasión, y recordó las cinco principales invasiones que ha sufrido nuestro país: la española de reconquista (que fracaso), las dos de Francia y las dos estadounidenses, en una de las cuales México perdió la mitad de su territorio, y por ello siempre condenará las invasiones de unos países a otros.
No obstante su buena intención, la propuesta del presidente no fue bien recibida y pronto se tergiverso el mensaje, víctima de lo que podría ser una campaña bien organizada para desacreditar las voces que se oponen a la guerra y denuncian los intereses económicos detrás de la misma. Mientras tanto el conflicto sigue, sin vistas de solución y con posibilidades de intensificarse en las próximas semanas.