*Le fue cancelado el contrato desventajoso para el Instituto de Salud del Estado.
De la redacción
Como ocurría a escala nacional en el sector médico público, donde 10 empresas concentraban más del 60 por ciento de la intermediación en la venta de medicamentos, en el Estado de México la situación era peor.
El Instituto de Salud del Estado de México (ISEM) tenía un solo intermediario en sus compras de medicamentos. Le compraba a una sola empresa, que no producía fármacos, sino los revendía al organismo mexiquense.
Esta situación fue confirmada por el secretario General de Gobierno, quien reveló a legisladores locales que el ISEM le compraba a una sólo intermediaria, lo cual fue corregido, y se canceló el contrato.
El tema ha sido manejado con opacidad por la secretaria de Salud, Macarena Montoya, quien ha evadido informar el nivel de abasto de medicamentos que tenía el ISEM cuando asumió el cargo la gobernadora Delfina Gómez Álvarez, el 16 de septiembre del año pasado, ni cual es el aumento en la actualidad.
No obstante, los pacientes que acudían a recibir atención médica a las unidades del Instituto se quejaban de que no había medicinas y que las recetas tenían que surtirlas en farmacias privadas, con cargo a su débil economía.
El ISEM atiende la salud de la población abierta, que en la entidad mexiquense es de 9.2 millones de personas. Se trata de la mayoría de los habitantes del Estado, excluidos de los servicios médicos del sistema de seguridad social.
Duarte Olivares no ahondó en el tema del monopolio que existía en la cadena de abasto de medicamentos al Instituto d Salud del Estado de México, pero precisó que esa situación ya se resolvió.
El problema se agravaba porque las autoridades de salud compraban con excesivos sobreprecios los fármacos, y el presupuesto destinado a este fin no era suficiente para comprar el total de las medicinas necesitadas.
No sólo el ISEM compraba con sobreprecios los medicamentos, sino también hacía lo mismo el Instituto de Seguridad Social del Estado y Municipios (ISSEMYM), donde la empresa de Roberto Madrazo Pintado, dueño también de Latinus, vendía con descomunales sobreprecios.
Insumos como los sanitizantes, que en el mercado al menudeo se consiguen en 40 pesos el litro, el político tabasqueño lo vendía al organismo hasta casi mil 100 pesos, un aumento superior al 2 mil 500 por ciento.
El ISSEMYM en la práctica financiaba la plataforma digital “Latinus”, que se dedicaba a atacar al presidente Andrés Manuel López Obrador, a la cuarta transformación y a Morena.
SIGUEN TRABAS PARA ACCESO A NUEVOS PROVEEDORES
Pese a que el gobierno de la profesora Delfina Gómez Álvarez se ha pronunciado por el combate a la corrupción, en sus áreas de proveeduría continúan las barreras para el registro en el Padrón de Proveedores del GEM, lo cual eleva las suspicacias de que se trata de una medida para mantener el sistema de saqueo al erario público a través de contubernio entre empresas y funcionarios corruptos, entorpecer el combate a la corrupción y evitar la libre competencia.
El sistema de citas para proveedores impide que empresas de otras partes de la república o del extranjero mejoren las ofertas de los productos y servicios que contrata el GEM, y lo mismo sucede con las empresas locales, una situación que se supone ya es del conocimiento de la gobernadora, pero transcurrida ya una quinta parte de su sexenio no ha sido corregida, ni se vislumbra que lo sea próximamente.