***Cartas a la redacción de “El Espectador”***
Tlalnepantla, Mex.- a 8 de octubre 2018
Lic. Augusto Lozano Robles
Presidente editor de “El Espectador”.
Licenciado, soy maestro en Azcapotzalco y vivo en Tlalnepantla, en una zona popular. Le escribo para lamentar comportamientos insolidarios registrados ahora con la crisis del agua potable. Conocí un caso especial que me llamó mucho la atención por el alto grado de insensibilidad que puede alcanzar en los individuos ante problemas vecinales.
Hemos reconocido las estimulantes expresiones de solidaridad en casos como las tragedias ocasionadas por los sismos, pero ahora se presentaron en colonias populares del Valle de México casos inclusive de mezquindad.
La situación que me toco presencia fue el de un vecino que dispone de cisterna en su casa y en los últimos días de la crisis, cuando el agua era un producto de lujo, rechazó vender algunos litros de agua sus vecinos, que estaban angustiados por la falta del líquido. De nada valieron las súplicas, ni el ofrecimiento de dinero por un poco de agua, ni la información de que tenían niños pequeños que requerían el agua.
Tampoco lo convencieron los argumentos de que la escasez del líquido terminaría al día siguiente. Nada lo conmovió. Expuso que como las autoridades mintieron cuando dijeron que el corte del suministro del agua del Cutzamala era de tres días y se prolongó varios días, no podía exponerse a quedarse sin agua, igual que los vecinos.
El vecino afortunado por disponer de agua nada lo conmovió, ni siquiera porque sabemos que tiene otra casa desocupada en una colonia vecina y también allí tiene cisterna. No se le podía obligar a ser solidario, pero creo que vale la pena dar a conocer este comportamiento que puede ser reflejo de una realidad nacional: la falta de solidaridad y la mezquindad entre mexicanos. El agua llegó a las tomas domiciliarias al día siguiente.
Le agradezco de antemano la publicación de estas líneas.
Profesor Juan Luís Robles Cerón
