Coordenadas Políticas – Macario Lozano R – Restaurar el Tejido Social

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COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
LA TITÁNICA TAREA DE RESTAURAR EL TEJIDO SOCIAL

No se miente, ni exagera cuando se atribuye la violencia, inseguridad pública, los homicidios, los feminicidios, los robos, las adicciones, la corrupción e impunidad a la pérdida de valores de la sociedad, producto de la destrucción del tejido social. Con su evidente simpleza, la explicación es válida.
De la misma forma lo es la receta para resolver de raíz los problemas; es decir, restaurar el tejido social, que aun cuando así se le conozca, en realidad comienza en la desintegración familiar, especialmente por la combinación de la pobreza, el desempleo, la marginación, las adicciones al alcohol, a las drogas duras y la delincuencia, incluyendo la de “cuello banco” y de las autoridades.
Lo que parece no percibirse con claridad es el esfuerzo institucional e intersectorial que se requiere para restaurar, restablecer o como quiera llamarse a la recuperación de la integración familiar, la solidaridad entre los mexicanos, la voluntad de cumplir cada quien con sus obligaciones legales y ciudadanas, el respeto y consideración a los demás; es decir, lo que se conoce como las condiciones para la vida armónica de los mexicanos.
No es nada más sostener que debe restaurarse el tejido social, como se viene haciendo desde principio del siglo, sin intentarlo siquiera, sino de diseñar y ejecutar un plan y programas que impliquen todos los aspectos adversos que se combinan para dar como resultado los problemas citados al principio, en una tarea titánica, no empezada todavía en forma integral. Debemos preguntarnos qué estamos dispuestos a hacer para ese fin.
La desintegración familiar por la pobreza, producto a su vez de la falta empleos bien remunerados, suficientes para una vida digna de las familias, con posibilidades de ingresos para financiar la educación de los hijos, consecuencia de un modelo económico salvaje, depredador del bienestar social, no podrá resolverse sin un mejoramiento de la economía nacional y un cambio de visión del sector empresarial, que eleve su eficiencia y eficacia, para pagar bien a sus trabajadores, abatir costos de producción, administración, comercialización y pague todos sus impuestos.
El desvanecimiento de las familias es un problema serio; sobre todo, pero no nada más, cuando se da por razones económicas, porque implica el abandono y la indefensión de los hijos, que en esas circunstancias son fáciles presas de las adicciones y del reclutamiento por parte de los grupos criminales: es decir, engrosan el número de delincuentes, porque son desatendidos por sus parientes, por la sociedad y las autoridades, y no tienen opciones legales distintas para sobrevivir, porque adicionalmente carecen de calificación y habilidades para el trabajo productivo legal.
Como resultado de ello, se dedican a causar daño a la sociedad, y tienen un destino cruel muy jóvenes: la cárcel, la muerte o la desaparición, sin atenuar siquiera los niveles de su pobreza inicial: mueren o caen presos más pobres que antes, en una situación trágica derivada de la desintegración familiar y ruptura del tan aludido tejido social.
Nadie puede discutir, ni poner en duda la urgencia de restaurar el tejido social, evitar la desintegración familiar, la corrupción e impunidad, pero el problema consiste en saber cómo y qué esfuerzos deben hacer las autoridades, la familia y la sociedad, la educación, incluyendo al sector dueño del dinero, porque la tarea es descomunal y no puede tener éxito inmediato y mucho menos con esfuerzos aislados e intermitentes.

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