
*El deterioro se agravó cuando se legalizó la explotación de sus recursos naturales.
De la redacción
Recuperar el ecosistema del Nevado de Toluca nunca estuvo entre los propósitos de las autoridades federales, estatales y municipales desde su declaratoria de Parque Nacional por el presidente Lázaro Cárdenas.
Fue pura simulación, sostuvo el cuarto regidor de Toluca, Arturo Chavarría Sánchez, en un foro sobre el tema, quien aboga por la restitución del estatus jurídico de Parque Nacional, derogado en 2013 por el gobierno federal de Enrique Peña Nieto.
Por su parte, la especialista, luchadora ambientalista, académica y dirigente del Movimiento Ecologista del Estado de México (MEEM), pionero en la denuncia y defensa de los bosques mexiquenses, Luz María Gómez Ordóñez, urgió a frenar en el menor tiempo posible la depredación del Nevado.
Recordó que desde 1995 se pusieron en marcha 12 programas para rescatar de la erosión y deforestación al Nevado, pero todos fracasaron, como lo muestra el grado de deterioro por la tala clandestina e irracional.
Entre esos planes que se frustraron, citados por la ambientalista y académica destacaron el de Desarrollo Sustentable, Programa de Conservación y Desarrollo, Programa de Reforestación Integral, Programa de Conservación de Suelo, Empleo Temporal y el de Pago por Servicios Ambientales.
Todos fracasaron y la situación se agravó con el nuevo estatus jurídico de Área de Conservación de Flora y Fauna, decretada en 2013 por el presidente Enrique Peña Nieto, que legalizó las actividades antes ilegales, recordó Chavarría Sánchez.
Gómez Ordoñez habló del otro grave problema del Nevado: la contaminación de la Zona Metropolitana del Valle de Toluca, incluyendo el Río Lerma y otros afluentes, incluyendo arroyos y canales.
En el foro se planteó la conveniencia de restituir el anterior estatus jurídico del volcán, que abarca cerca de 54 mil hectáreas, para ahora sí protegerlo de verdad, frenar la devastación y recuperar los bosques arrasados por la tala clandestina, pero conocida y tolerada por las autoridades que tienen la obligación de evitarla y castigarla.
El decreto presidencial de Peña Nieto sólo vetó para actividades económicas la parte más alta del Nevado, por lo que dejó en libertad de explotación de los recursos naturales, con uso habitacional incluido, prácticamente todo el macizo montañoso.
Chavarría Sánchez recordó que ha expuesto el problema en sesiones de cabildo, pero no ha encontrado eco, mientras la degradación continúa, a pesar de la importancia estratégica del Nevado como fábrica de agua y purificador del ambiente.
Del Nevado escurren aguas que alimentan al Río Lerma, cuyas aguas subterráneas se envían a la Zoa Metropolitana del Valle de México; y al Río Cutzamala, de donde se llevan aguas superficiales a la misma región y a la capital del Estado.