*El oportunismo se disfrazó de reconocimiento de grandes virtudes de los otros.
De la redacción
Sin posibilidades de ganar, por carecer de arraigo popular y ser postuladas y postulados por partidos de escasa militancia, en las campañas electorales por gobiernos estatales muchos personajes declinaron a sus aspiraciones. Empero con excepción de Chihuahua, las candidaturas que apoyaron fracasaron.
Ya no buscaron gubernaturas. Se sumaron a quienes eran sus contendientes. Adujeron que éstos estaban colmados de virtudes y sus programas de trabajo eran excepcionales. Ese fue el caso de Graciela Ortiz, candidata del PRI a gobernador Chihuahua, respaldó a la abanderada del PAN, María Eugenia Campos Galván. Pero fue a la única a quien le salieron bien las cosas porque Campos triunfó.
No ocurrió lo mismo con Gloria González, candidata del PT a mandataria de Sinaloa, quien descubrió estatura de estadista al candidato del PRI, Mario Zamora Gastelum, y dejó sus aspiraciones para respaldar las de éste, pero perdió.
En Guerrero la candidata del PAN a gobernadora, Irma Lilia Garzón Bernal dejó su candidatura para agregarse a la del priista Mario Moreno Arcos, pero de nada sirvieron los votos de sus seguidores y propio. La candidata de Morena, Evelyn Salgado Pineda ganó ampliamente.
También se dieron declinaciones e candidatos y candidatas de los nuevos partidos a gubernaturas, pero dado su escaso peso político y electoral carece de sentido dedicarles líneas a sus casos. Fallaron como oportunistas, porque escogieron mal a quien apoyar, en la creencia de que iban a triunfar y retribuirles el favor e servir de instrumentos para montar escenarios propagandísticos. No ocurrió así, aunque en los casos en que cobraron, el negocio se hizo.
Distinta fue la situación de Ricardo Bours Castello, en Sonora, quien era candidato del MC a gobernador y declinó en favor de Ernesto Gándara. No puede sospecharse de una declinación por dinero, porque aquél pertenece a una de las familias más acaudaladas del país. Es priista, pero al no ser postulado en ese partido optó por serlo con el partido de Dante Delgado, candidatura que finalmente abandonó. De todos modos, su respaldo sirvió de poco, porque Gándara fue derrotado por Alfonso Durazo, de Morena.