AGUA DEL SISTEMA CUTZAMALA,
TEMA DE SEGURIDAD NACIONAL
MÁS DE 20 MILLONES DE PERSONAS SUFRIRÁN
SI SE ACABA EL AGUA DEL CUTZAMALA
José López Portillo fue “satanizado” por los medios informativos, pero no tanto por la evidente alta corrupción y frivolidad de su gobierno, sino por haber expropiado la banca, sector entonces en manos de empresarios mexicanos, acostumbrados a la impunidad, a la soberbia, arrogancia, a la influencia y a su condición de intocables.
Entonces, como ahora, los bancos alimentaban a los medios informativos con abundantes recursos, vía publicidad. En esas condiciones, la estatización del sistema de pagos del país afectó igualmente a la denominada “gran prensa”, cuya reacción por la pérdida de ingresos fue virulenta contra el mandatario, que estaba a menos de 90 días de dejar el cargo.
Antes de Carlos Salinas de Gortari, el ex mandatario López Portillo fue el hombre más desprestigiado. Los grandes medios informativos le recordaron a cada rato sus fallas y errores, pero especialmente el enriquecimiento personal y el de muchos de sus colaboradores, incluyendo el de miembros del gabinete que venían de la izquierda y del movimiento estudiantil de 1968.
En cambio, ocultaron y desconocieron algunos de sus grandes aciertos, como fue su plan visionario de construir el Sistema Cutzamala, para llevar agua a la Zona Metropolitana del Valle de México, que ya a principios de la década de los ochenta del siglo pasado tenía problemas de abasto, por el abatimiento de las reservas subterráneas y el acelerado aumento poblacional de la región, particularmente en los municipios mexiquenses conurbados, como Nezahualcóyotl, Chimalhuacán, Ecatepec, Ixtapaluca, Nicolás Romero, Tultitlán y lo que hoy es el Valle de Chalco.
López Portillo construyó la primera etapa del Sistema Cutzamala, y lo hizo con fondos públicos, sin deuda pública, ni participación privada y mucho menos, concesionado el proyecto, como seguramente lo hubieran hecho Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, rabiosos privatizadores.
El Sistema Cutzamala aporta mucho aún a la satisfacción de la sed de unas 22 millones de mexicanos asentados en el Valle de México, y a Toluca y Huixquilucan, pero fue descuidado por las autoridades federales y estatales de esos tiempos a la fecha, porque pensaron que las condiciones forestales de la zona serían eternas, sin necesidades de cuidarlas, prevenir la deforestación ni reforestarla con efectividad y eficacia a gran escala. La omisión tiene ahora graves repercusiones sociales y ambientales, de difícil y costosa solución.
Ahora la disponibilidad de agua del Sistema está en riesgo, que de concretarse ocasionará una severa crisis en perjuicio de 22 millones de habitantes de las zonas beneficiadas con las aguas del Cutzamala (más que la población chilena), por lo que sorprende la indiferencia y la inacción para frenar y revertir el proceso de irracional deforestación y ejecutar un vasto programa de reforestación con el programa “Sembrando Vida”. La sobrevivencia del Sistema Cutzamala debe ser un asunto de seguridad nacional por lo que representa para millones de familias del Estado y la Ciudad de México, pero no lo perciben así las autoridades.